MECÁNICA VALVULAR

EL TRÍO NOISE CORDOBÉS CLARAVOX VISITA BUENOS AIRES Y LA PLATA PARA PRESENTAR MECÁNICA POPULAR. LA NOTICIA BIEN VALE PARA EVOCAR SU ORIGEN Y RECORDAR UNA NOCHE MÁGICA E INTEMPESTIVA EN UN BAR DE LA DOCTA.

(Por @cabralazo)

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De izquierda a derecha: Martín, Andrés y Facundo. Foto de Caro Ellenberger

“¡Hola virgos! ¿Qué hacen culiá?”, saluda Facu “El Chileno” Rotella a los pocos presentes dispersos en una galería del Barrio Güemes cordobés, entre mesas y sillas de bar. Con una mano descarga la viola y con la otra apronta una birra al natural. El encargado lo cruza con escasa simpatía y una bienvenida de rutina, para advertirle que los vecinos piden que la musiquita se toque dentro del local. El santafesino que apenas canta 30 asiente y llama a su compadre Martín Rigatuso para disponer el backline, en una tarde con una deliciosa brisa otoñal circa 2011.

Hace tiempo que Claravox no toca en vivo. Facu vive en Berlín con su novia germana y cuando junta unos mangos se manda una temporada por Argentina, trabaja de lo que salga y su prioridad son las reuniones para ensayar, componer, grabar para un próximo disco antes de levantar vuelo otra vez. Y tocar y tocar en vivo a donde se arrimen o los inviten. Aunque adelanten en conversaciones virtuales, las sesiones son maratónicas y es sorprendente ese sistema intermitente de producción que toda vez arroja un álbum nuevo y superador.

La prueba es incómoda. El encargado increpa a Víctor Jasá por el volumen, que oficia especialmente de sonidista en la velada. Los pibes se lo toman con algo de gracia y desenchufan los parlantes del patio, no quieren sobresaltar a nadie, pero todo debe escucharse en su lugar. En esta oportunidad hay un set reducido, un margen de improvisación para interpretar con invitados algunas piezas de A bailar  (2010),  y un par que luego integrarán La tierra de los reyes con cohetes llameantes (2012). El artista visual Martín Figueroa intenta acomodar un par de luces aunque todavía no cae el sol.

CLAREANDO

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Portada del flyer del ciclo Club del Logro por Federico González

Una vuelta al reloj. Claravox tiene su cimiente en el ríspido barrio Parque Capital, nombre insigne que lleva su disco de 2008. El segundo track “Metro al mar” formó parte del panorama dedicado a la ciudad de Córdoba en la revista española Zona De Obras N°52, reeditado por el CCE C con el escasamente logrado título Canciones desde abajo. Pero hay mucha historia más allá de los datos de resonancia: para hablar de la banda hay que remitir de manera ineludible a Andrés Asia, uno de los pilares ausentes en la jornada que aquí se detalla.

Nonoise79 para el boca en boca de la música vernácula cordobesa, Nono para los amigos y colegas, fue uno de los impulsores del grupo, al tiempo que colaboraba asiduamente con MUN discos, un monstruo ejemplar del doityourself. Guitarrista de pedales tomar, licencioso labrador del acople y la distorsión, se reunió con Rigatuso, Rotella y su ex compañero en Carcassone, Pablo Maccario. El cuarteto devino en trío luego de Juan Pablo Underground (2005) y un par de cedés más tarde, Asia tomó distancia y formó Poltergeist Güemes, tocó con Tomates Asesinos y creó la plataforma Sonido Atmosférico.

MAD PROFESSOR

“No me hagás perder el tiempo a mí y vos no gastés plata, en definitiva tocás así y es muy difícil que a esta altura cambies la forma de encarar las cosas”, le tiró de refilón el maestro Fernando Caballero a Rigatuso, luego de una clase en la que no había estudiado ni media línea. “Me pongo las pilas y te llamo”, le respondió Martín, y eso jamás sucedió. Dos años después el percusionista de la Orquesta Sinfónica vio a Claravox en Belle Epoque: “Una presentación que estuvo tremenda y ahí nomás le dije ‘¡qué mierda vas a tomar clases conmigo si sos un batero de primera línea!’”.

La anécdota vale a tientas para ilustrar la intensidad creativa de sus integrantes y no para mechar con falta de disciplina: dentro del estudio el caos se traduce en organización psicodélica y lo que respecta al día a día, aquí no cuenta. Rigatuso grabó paralelamente álbumes con los Moo para el sello Ringo Discos, y con la electrorock Snif, siempre en la bata, aunque cada tanto enciende algún instrumento en vivo y lo ejecuta con la dignidad de un apasionado. En 2010 le dio manija a Club del Logro, ciclo de conciertos breves, y a su sucedáneo, nuestra nave nodriza de cruces artísticos Esta Vida No Otra.

ME ECHARON DEL BAR

Otra vuelta al reloj. Retomamos la escena del show que introduce el relato. La noche peló algo de frío y la primera avanzada fue con Nico Sicardi y su proyecto Nicolás y el Desorden, un distinguido pariente de Malaurie y El Robot Bajo el Agua, pero de versos áridos. Vaya las cosas que pasan en el “interior”, como gustan decir los amigos de la Capital: entre los espectadores estaban los franceses Kid Loco y el entrañable Jerónimo Saer, que el año pasado se mudó al firmamento, y dijo aquella noche haberse sorprendido con el acto de esos salvajes primitivos.

El asunto Claravox por entonces va en la encarnación de dos jovencitos que comienzan cantándole dócilmente a la luna y a los cinco minutos le aúllan hasta correrla de su eje. De inmediato hay trance febril, pasan de las más tiernas vocalizaciones a la insolencia de cabrones pesados, tocan como si fuesen a morir mañana. El formato inusual sin todos los parches les da un margen performático en una travesía donde manda el noise, y un velo de melodías camperas acentuado por el hermano de Facu, cuando pela un Nbique para invocar a los dioses tobas.

Furia y calma, alegoría y presencia, el deleite de un hecho artístico magnánimo es segado por un capricho esnob. Aunque ningún vecino canta las cuarenta, al encargado se le cruza que semejante realeza musical avizorando el show desde el patio puede asustarse. No basta con mandar al fondo a los artistas y cortar el sonido fuera y bajar decibeles dentro, quiere menguar todavía más el asunto y Martín lo desafía cantando fuera del mic, Facu le sigue y los presentes también. Fue una de las más elevadas veladas de Club Del Logro y la última del ciclo en ese lugar y en la ciudad de Córdoba.

TÉ PARA TRES ORANGUTANES

EVNO.CLARAVOX.PORTADA @Fede González
Portada de Federico González

Un par de años después Claravox sorprendió a la escena cuando subieron una foto similar a la de más arriba para decir que volvían a ser trío. El quid de la cuestión es que así se los ve hoy, con más entradas y quizá mañas acentuadas. Sin embargo, el semblante está igual de encendido, jugando con el primer avión que se cruza y en el escenario, son una eclosión nuclear, timón de precisión en la tormenta, al encuentro nuevamente con la rosa de los vientos, una rosa china carmín de metal espinosa. El engranaje de la máquina sonora está intacto y la mecánica esta vez se hizo popular.

Este viernes presentan su último disco en el Matienzo y los cordobeses residentes en Buenos Aires tienen una obligación cívica y los porteños, una oportunidad para apreciar una instancia física donde jamás volverán a ser iguales que antes de ingresar al auditorio. Al día siguiente se mudan a La Plata para tocar en la galería Cösmiko, y al toque, El Chileno arma las valijas para regresar a Berlín por un rato y seguir de a ratos tocando como Niña Cobra. Antes de fin de año dicen que habrá más, pero no hay que decir más, vamos a dosificar el deseo.

[+ de todo en http://claravox.com.ar/]